Nayibe y Dinora son dos venezolanas políticamente contrarias y aunque ellas no se conocen usan los mismos adjetivos para describir cómo han sido los últimos días en las barriadas caraqueñas en las que viven, en medio de los frecuentes apagones que las dejaron a ambas sin agua, telefonía ni internet.
Las dos, cada una por su lado, participaron el sábado en las manifestaciones convocadas por el Gobierno y la oposición en medio de la crisis eléctrica que este mes ha paralizado el país durante 10 días sin que todavía el fluido de energía haya sido estabilizado por completo.
Nayibe López tiene 50 años y este sábado marchó por el centro de Caracas para respaldar al presidente Nicolás Maduro que, considera, libra una "guerra" contra la oposición a la que achaca la autoría de los "sabotajes" eléctricos.
Al preguntarle sobre cómo ha vivido los apagones que arrancaron el 7 de marzo dijo: "Eso ha sido terrible, un apagón es terrible en una comunidad, en una casa porque no tenemos agua, no tenemos la luz, estamos incomunicados en teléfono, estamos incomunicados en muchas cosas".
Frente a este panorama, la joven abuela que reside en el suroeste de Caracas muestra una postura combativa. "Esto no es nada para nosotros los venezolanos", dice.
"Vamos combatiendo la guerra, vamos a vencer este bloqueo y toda esta guerra que nos tienen a todos nosotros", agrega repitiendo el discurso proferido diariamente por los altos dirigentes de la llamada revolución bolivariana.
Dinora Guanipa, por su parte, participó en una de las protestas convocadas por el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por unas 60 naciones, en contra de los apagones por los que responsabiliza al chavismo gobernante.
Haber acumulado más de cien horas sin luz en el último mes ha sido "horrible" al modo de ver de esta trabajadora social de 60 años que reside en el oeste de Caracas.
"Todavía estamos viviendo los apagones (...) se me dañó la nevera, se me dañaron cinco bombillas", cuenta a Efe la mujer que ve una solución a la crisis en el cese de la usurpación planteado por Guaidó para sacar a Maduro del poder.
La opositora asegura que la "gente de barrio" apoya a Guaidó pues quieren un cambio de la situación actual, con sueldos de seis dólares mensuales y problemas para enviar a sus hijos a la escuela por falta de alimentos y de transporte.
En la misma antítesis ideológica se encuentran Lili Luján e Isabel Rivas, quienes también participaron en las actividades de calle del chavismo y la oposición, respectivamente.
Luján, de 54 años, asegura que está aguantando "este sabotaje que hay contra el Gobierno" y que eso no ha hecho mella en su respaldo a la revolución bolivariana que ejerce el poder desde 1999.
"Con Maduro todo, sin él nada", reitera la mujer que dice haberse preparado para estos apagones anunciados pues, desde que ocurrió el primero de este mes, el oficialismo advirtió que habría nuevos ataques al sistema eléctrico.
Rivas, septuagenaria, opina en cambio que los cortes eléctricos no se deben a "ningún sabotaje" sino a una "falta de mantenimiento" como alegan los detractores de Maduro y varios expertos en la materia.
La antichavista señala que la intermitencia en el suministro de energía le ha afectado "muchísimo" al punto de que en la actualidad pasa los días con "zozobra" y "angustia".
"No tenemos agua, no tenemos ascensores, los alimentos se dañan, los aparatos eléctricos también (...) y tampoco hay dinero, en los supermercados no llegan los alimentos", explica la caraqueña que también clama por un cambio en el país.
Los testimonios de estas cuatro mujeres se repitieron, expresados en otras palabras, en las manifestaciones que se desarrollaron pacíficamente este sábado en Caracas y el interior del país.
Al final del día Nayibe, Dinora, Lili e Isabel, sometidas a la misma oscuridad en el último mes, volverán a sus hogares con la certeza de un venidero racionamiento programado de electricidad que ya fue anunciado por el Ejecutivo como una medida de atención a la crisis.
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