La fiscalía de Irlanda del Norte confirmó este martes que presentará cargos contra un exsoldado del Ejército británico por su presunta implicación en la muerte de Daniel Hegarty, de 15 años, en la ciudad de Derry en julio de 1972.
Hegarty recibió dos disparos en la cabeza en una incursión de los uniformados en el barrio católico de Creggan, considerado como un bastión del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) durante el pasado conflicto en la provincia.
La acusación pública norirlandesa ha informado de que el acusado, identificado solo como "Soldado B", afrontará cargos de asesinato por esa muerte y por herir con disparos al primo del fallecido, Christopher Hegarty, de 17 años entonces.
El director de la fiscalía, Stephen Herron, señaló que, en su opinión, existen "pruebas suficientes" para lograr condenar al sospechoso, una decisión que ha sido celebrada por las familias de las dos víctimas.
Una investigación oficial estableció en 2011 que Hegarty no representaba una amenaza para los soldados y que fue tiroteado sin previo aviso, pero la fiscalía consideró en 2016 que no había "perspectivas razonables" para procesar con éxito al "Soldado B".
No obstante, el Tribunal Superior norirlandés determinó el pasado año que la decisión de no enjuiciar al militar se basó en un razonamiento "irremisiblemente defectuoso" que, además, tardó cuatro años en llegar, por lo que la calificó de "injustificada e ilegal".
Hegarty murió en el transcurso de la "Operación Motorman", lanzada el 31 de julio de 1972 en toda la región para acabar con las llamadas "zonas prohibidas", áreas localizadas en barrios católicos-nacionalistas que estaban bajo el control del IRA y en las que no podía entrar el Ejército británico.
Entre las "zonas prohibidas" más conocidas figura la del barrio del Bogside de Derry, el escenario del llamado Domingo Sangriento de 1972, en el que murieron un total de 14 personas inocentes por los disparos de soldados durante una manifestación por los derechos civiles.
A este respecto, la fiscalía norirlandesa anunció el pasado mes que un militar, el "Soldado F" afrontará cargos por la muerte de dos personas y el intento de asesinato de otras cuatro en el Domingo Sangriento.
En total, son seis los exsoldados británicos que hacen frente a cargos relacionados con muertes ocurridas durante el pasado conflicto, frente a 13 vinculados a paramilitares católicos y ocho a lealistas protestantes.
Los crímenes cometidos por los grupos terroristas de cualquier signo y por las fuerzas del seguridad del Reino Unido se han convertido en un obstáculo para el avance del proceso de paz y mantienen enfrentados a los partidos políticos.
El Ejecutivo británico estableció en 2006 el llamado Equipo de Indagaciones Históricas (HET), una unidad de la PSNI encargada de investigar miles de asesinatos no resueltos de un conflicto que causó más de 3.500 muertos en casi tres décadas.
Tras el desmantelamiento del HET, un nuevo cuerpo de la PSNI ha seleccionado 1.188 casos no resueltos, de los que 530 corresponden a acciones de paramilitares republicanos, 271 a lealistas (protestantes), 354 a las fuerzas de seguridad y 33 a "desconocidos", según datos obtenidos por la cadena BBC.
No obstante, el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante y socio de Londres, considera que el número de casos investigados por la implicación de las fuerzas del orden es desproporcionado.
El nacionalista Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA principal fuerza entre los católicos, se sitúa en el lado opuesto, lo que dificulta su regreso al Gobierno autónomo norirlandés de poder compartido con el DUP, que permanece suspendido desde enero de 2017.
-
No se ha podido acceder al contenido, vuelve a intentarlo más tarde.