Cuevas del Campo, un municipio de alrededor de 1.800 vecinos del norte de la provincia de Granada, afronta en la tarde de este viernes el segundo pase de su Semana Santa Viviente, una fiesta declarada de Interés Turístico que en el primer pase del Jueves Santo ya ganó la batalla al mal tiempo.
La inestabilidad meteorológica restó público al "ensayo general" de la Semana Santa Viviente de Cuevas del Campo, aunque ofreció a cambio imágenes impactantes de la escenificación de la muerte de Jesús con un cielo ennegrecido pese a la luz de los rayos.
El 80 % de los vecinos de este pueblo encarnan cada año a los protagonistas de la semana de pasión para dar vida al tradicional Drama de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo de una Semana Santa viviente que cumple 19 años y que ganó este jueves la batalla al mal tiempo.
La alcaldesa de Cuevas del Campo, Carmen Rocío Martínez, ha explicado a Efe que la hazaña se repetirá desde las 17.00 horas de este Viernes Santo, "caiga la que caiga", aunque ha aclarado que el cielo luce despejado y que el municipio espera superar esta jornada los 7.000 visitantes.
Como cada año, los vecinos representan esta actividad, declarada Fiesta de Interés Turístico y Patrimonio de Andalucía, y que durante alrededor de dos horas y media ofrece un viaje hasta la Jerusalén de hace dos milenios para recrear la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Se trata de un proyecto turístico y social en el que participan vecinos de todas las edades y que suma un carácter cultural que aúna disciplinas artísticas y artes plásticas como la música, el teatro o la ambientación de la época y la caracterización de los actores.
La Semana Santa Viviente es uno de los acontecimientos más representativos de este municipio del Altiplano granadino y una de sus mayores señas de identidad que atrae cada año a alrededor de 15.000 visitantes, una cifra que en esta edición se verá mermada por las tormentas del Jueves Santo.
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