Egipto cerró hoy un referéndum de tres días sobre la reforma de su Constitución con pocas dudas entre la población de que el resultado será positivo a unos cambios que permitirían la continuidad en el poder del presidente Abdelfatah al Sisi hasta 2030 y la única incógnita de la participación.
Arremangado, con la corbata desanudada y el cuello de la camisa desabrochado, el señor Magdi, presidente de mesa en el Colegio Militar Khedive Ismail, se alegra de la entrada de cualquier visitante que rompa la monotonía en la sala de votación en la que lleva tres días.
"El primer día hubo más gente, menos el segundo y hoy ha sido en el que menos gente ha habido", explicó a Efe este hombre, que ha sido "muchas veces" presidente de mesa y se conoce al dedillo el trámite administrativo de una elección.
Al cierre de los colegios, los miembros de las mesas abren y cuentan los votos, pero hoy ese proceso "será alrededor de una hora, porque aquí la elección es fácil, es 'si' o 'no', no es como en las parlamentarias", dice Magdi.
Luego de contar los votos, llenar las actas y cumplimentar el papeleo, se entrega el material a la Autoridad Nacional Electoral, que en los próximos cinco días anunciará el resultado oficial del referéndum.
A última hora del tercer día de votación, apenas se veía en los colegios de El Cairo a alguno de los 61 millones de votantes llamados a participar en esta consulta.
Varios presidentes de mesa consultados por Efe coincidieron en que la asistencia desde el pasado sábado ha rondado entre un 30 % y un 40 %.
A pesar de ello, el portavoz de la Autoridad Electoral, Mahmud al Sherif, aseguró hoy en una rueda de prensa que la cámara de operaciones registró una participación muy alta en varios rincones de la república.
En los últimos días, grupos de seguidores de Al Sisi han tratado de incentivar a los votantes persuadiéndoles con cajas con comida, transporte gratuito, refrescos y otros regalos.
Hoy, Al Sherif respondió a este asunto afirmando que "el deber de la Autoridad Nacional Electoral es alentar a los ciudadanos para que participen, sin dirigir (el voto), porque la participación es en aplicación de la Constitución actual y un asunto legal".
El Parlamento aprobó el pasado martes varias enmiendas a la Constitución, entre ellas, la prolongación del término del mandato del presidente de 4 a 6 años con una reelección consecutiva.
Esta reforma no evitará que Al Sisi se presente a una nueva reelección, a pesar de que ya se encuentra en su segundo mandato consecutivo, gracias a una disposición transitoria incluida en el texto.
Además, se le dan al presidente más competencias en materia de elección de jefes de órganos de la Justicia, y las Fuerzas Armadas refuerzan su papel para "salvaguardar la Constitución y la democracia".
Menos de una semana después de que el Parlamento aprobara las enmiendas, hoy algunas personas, como la señora Manal Hasni, todavía no tenían muy claro lo que se votaba. "Yo quiero que los precios bajen", decía.
Otros, como Mohamad Arafa, un exfuncionario de 67 años, votaban que "sí" a pesar de los pesares y no debido a que esté en contra de la gestión de Al Sisi, que cree que "no ha tenido errores", sino por otra enmienda, la que contempla que a partir de ahora las mujeres tendrán un cupo del 25 % en el Parlamento.
"Estoy en contra, a mi las mujeres no me representan", afirmó, después de haber votado a favor del cambio.
Para otros el examen de conciencia ha sido más duro.
Apenas tres horas antes del cierre de los colegios, Dina decidió salir a la calle y acercarse a votar contra la reforma.
"No tengo problema en decirlo, voté 'no'", dijo, reconociendo que no tiene ninguna esperanza en que el resultado sea otro que el de la aprobación de unas reformas que considera perjudiciales para su país.
A pesar de que mucha gente seguirá mañana el porcentaje de participación para determinar la legitimidad del resultado, Dina tenía claro que esa no era una opción para ella.
"Cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, y yo he venido y votado 'no'", dijo.
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