El Gobierno de Sri Lanka impuso hoy nuevas medidas a la comunidad musulmana en el pas para intentar frenar la difusin de ideas extremistas despus de la serie de atentados en los que murieron ms de 250 personas, principalmente cristianos, y de los que se acusa a grupos islamistas locales.
El ministerio de Asuntos Musulmanes instruy a las mezquitas a "no participar o permitir" que en cualquier actividad o Jamaat, como se denomina a las congregaciones de oracin, en la que "se promueva o propague el odio o el extremismo en cualquier forma", indic la autoridad en un comunicacin.
De lo contrario "sern totalmente responsables" de ir en contra de una serie de leyes, entre ellas, el Cdigo Penal, y las regulaciones de emergencia, conmin.
En adelante, los encargados de las mezquitas deben "grabar en audio todos los sermones de Jumma (la oracin de los viernes de los musulmanes) o en sus Masjidhs" y enviar las grabaciones al ministerio, contina la comunicacin dirigida a los fideicomisarios de los templos.
De acuerdo con el ministerio las medidas se tomaron "en vista de la situacin imperante en el pas".
La nacin, que ha estado bajo el rgimen de un estado de emergencia desde los atentados cometido el pasado 21 de abril, ha ido endureciendo su seguridad para enfrentar nuevos ataques.
Sri Lanka prohibi hace casi dos semanas el uso de cualquier tipo de prenda que cubra el rostro, una regulacin que va directamente relacionada con el uso de la burka o el nicab, el velo usado por algunas mujeres de las comunidades musulmanas.
Los atentados fueron cometidos durante las misas del Domingo de Resurreccin en tres iglesias y tres hoteles de lujo por al menos nueve suicidas que portaban potentes explosivos, vinculados a organizaciones extremistas locales y reivindicados por el grupo yihadista Estado Islmico (EI).
Unas 253 personas murieron y otras 500 resultaron heridas.
Desde entonces, las fuerzas de seguridad han practicado redadas en todo el pas y sobretodo en vecindarios con predominantes poblaciones musulmanas.
La minora musulmana de Sri Lanka, un 9,7 % de la poblacin, en el pasado ya ha sido vctimas de ataques.
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