Escritores, periodistas y divulgadores, coinciden este miércoles, Día Mundial del Medio Ambiente, en rendir homenaje y destacar la trayectoria de Cesar Manrique como uno de los mayores defensores de los valores de la naturaleza.
Con motivo de la celebración de este Día y cuando se acaba de conmemorar los cien años del nacimiento del artista canario, el Instituto Cervantes en Madrid ha organizado el homenaje al que asistirán el naturalista Joaquín Araujo, el periodista y escritor Juan Cruz, el urbanista Fernando Prats, el director de cine Miguel G. Morales, y el director de la Fundación César Manrique (FCM), Fernando Gómez Aguilera.
Para recuperar la figura de este hombre, cuyo nombre está profundamente ligado a la naturaleza canaria, habló con Efe el escritor tinerfeño Juan Cruz (Puerto de la Cruz, 1948), quien no solo ha indagado en su vida y obra, sino que también tuvo la oportunidad de conocerle en persona y, como él confiesa, "vivir en su casa y estar cerca de él".
Para Juan Cruz, "Manrique fue un hombre que apostó por Canarias, sobre todo por Lanzarote", donde encontró "un lenguaje que estaba bajo la tierra, el lenguaje de la lava y su estética".
César Manrique encontró en el subsuelo "un diálogo de la tierra con el fuego, puso de manifiesto el paisaje subterráneo y consiguió que la superficie no interrumpiera su belleza".
"Cuidó de la superficie hasta el máximo, casi la pulimentó y terminó haciendo de Lanzarote, mientras le fue posible, una especie de manifiesto a favor de lo que hoy llamaríamos el medio ambiente, que entonces era la tierra, el cuidado de la tierra", señaló Cruz.
"La única identidad que se ha impuesto para poner de manifiesto el legado de Manrique es la Fundación Cesar Manrique" y el legado de defensa del medio ambiente, según el escritor, queda solo en el trabajo de esa Fundación y poco más.
Juan Cruz subrayó que lo que, sobre todo, César Manrique consiguió fue que el color de Lanzarote fuera el color real y natural de la isla realzado gracias a que las casas recuperaron el blanco y el verde, y "esos colores en combinación con la lava fueron sus grandes logros".
El que se mantenga ese espíritu, para Cruz, "depende las nuevas generaciones. Ojalá se mantenga, pero tengo dudas de que sea así porque falta una administración potente y generosa".
"Son las administraciones las que nos representan y debieran de cuidarlo porque es lo que tenemos. No tenemos industria, solo tenemos la tierra, el mar y la memoria".
Pero para el escritor tinerfeño la seña de identidad de Islas Canarias es el horizonte. "Hay un muelle en el sur de Tenerife que ha roto el equilibrio del horizonte y es el horizonte lo que hay que cuidar y para eso hay que cuidar la costa y cuidar la mirada del horizonte".
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