El que fue portavoz del grupo provincial del BNG en el último mandato, Xosé Ferreiro, reconoce que “lo que sucedió en estos últimos cuatro años en la Diputación tiene que servir como enseñanza” para los nuevos diputados, para “lo bueno y para lo malo”, porque “no se puede gobernar una institución como si fuese una feria”.
Ferreiro se despide hoy de la corporación provincial en una sesión extraordinaria, la última de este mandato, dado que no fue elegido por el BNG para continuar como representante del partido nacionalista en la Diputación de Lugo.
En la parte negativa de los últimos cuatro años, afirma que “no se puede gobernar la institución como si fuese una feria, porque en el último mandato sucedieron cosas que no pueden pasar en una institución. Los ciudadanos se merecen otra cosa”.
En todo caso, reconoció que el último mandato también deja aspectos “positivos”, fundamentalmente “un cambio de filosofía en el reparto de fondos por parte de la Diputación de Lugo”, algo “tan importante” que en sí mismo ya justifica el trabajo realizado en los últimos cuatro años.
Ferreiro afirmó que el Plan Único de ayudas a los municipios, con un reparto de fondos entre los ayuntamientos en función de criterios objetivos, no solo “debe perdurar”, sino que debe ser potenciado por el nuevo gobierno provincial.
Se trata, dijo, “de una nueva filosofía política” que es positiva para el conjunto de la provincia, por lo que opina que el nuevo gobierno debe “estudiar lo que pasó” en el último mandato, para quedarse con la bueno y “no repetir errores”.
-
No se ha podido acceder al contenido, vuelve a intentarlo más tarde.