El portavoz del gobierno de Ourense, Miguel Caride (Democracia Ourensana), ha destacado el hecho de que la ciudad “ha vuelto a la normalidad” tras cogerles “por sorpresa” la tromba de agua registrada el pasado sábado y ha asegurado que intentarán “tener la ciudad preparada” para otra eventual inclemencia climática, según ha afirmado.
La tormenta registrada el pasado sábado afectó a numerosas calles de la ciudad e incluso “reventó la red de sumideros” en el tramo de la calle Pardo de Cela con Concepción Arenal, además de resultar anegadas calles del barrio de As Lagoas y otros problemas, derivados del arrastre de contenedores y coches atrapados por las balsas de agua.
Sobre este particular, Caride ha explicado que todo apunta a que son “los mismos” puntos donde "reiteradamente" se producen estas situaciones, por lo que ya ha avanzado que el consistorio va a “solicitar un informe a los técnicos” al objeto de estudiar “qué medida se puede adoptar” con el fin de paliar sus efectos.
Una vez que todo “ya ha vuelto más o menos a la normalidad”, el consistorio ha admitido la necesidad de “afrontar las consecuencias con las reparaciones pertinentes”, ha subrayado el portavoz.
La Policía Local registró la mayor parte de problemas en el periodo comprendido entre las cinco y las seis, cuando recibieron alrededor de treinta llamadas, y “lo más importante fue rápidamente atendido”.
No en vano, la provincia de Ourense fue la peor parada de Galicia con 49 incidencias, más de la mitad de las 93 de toda la comunidad; y en especial la capital fue uno de los lugares más afectados con diez.
Al hilo de esta problemática, Caride ha explicado que el Ayuntamiento estudia la posible renovación de la red de agua, “tanto la de sumideros como la de conducciones generales”, ha remarcado.
Preguntado por la posible remunicipalización del servicio de aguas, ha indicado que el gobierno ya ha pedido “un informe de viabilidad y una valoración” sobre las tres posibilidades” que tendría el consistorio, que pasan bien por otorgar “una nueva concesión administrativa, mantener la gestión indirecta” o, como tercera opción realizar “una gestión directa a través del propio gobierno municipal” que requeriría más tiempo.
A este respecto, ha insistido en que se trata de una “decisión política que hay que estudiar con muchísimo detenimiento y analizar todas las cuestiones técnicas, jurídicas y económicas”.
“Tenemos que tomar una decisión política al respecto”, ha apuntado Caride, quien ha explicado que la nueva adjudicación supone un proceso “más largo” mientras que estos tiempos se reducirían si es una empresa pública la que se hace cargo del servicio ya que “todos esos proyectos se harían desde el Ayuntamiento”.
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