Una vez que se ha formalizado la venta de las plantas de Avilés y A Coruña, el comité de empresa de la factoría que la multinacional Alcoa tiene en el municipio lucense de Cervo espera que la compañía mantenga el programa de bajas incentivadas en este centro de trabajo para facilitar la incorporación, como personal fijo, de trabajadores que están en estos momentos con contratos temporales.
En declaraciones a EFE, el presidente del comité, Xosé Paleo, recordó que la plantilla de Cervo mostró en su momento su "solidaridad" con los compañeros de A Coruña y Avilés, para reincorporar al trabajo en la factoría de A Mariña a algunos de esos empleados que se quedarían sin trabajo con el cierre de ambas plantas.
Alcoa puso en marcha un plan de bajas incentivadas para hacerles sitio a esos trabajadores, dijo Paleo, al que se acogieron "unas treinta personas".
Por ello, el comité espera que ahora Alcoa también haga gala de "esa solidaridad" con aquellos empleados que están trabajando en la planta de Cervo mediante contratos temporales o a través de empresas auxiliares, "que es otra de las puertas de entrada" para formar parte de la plantilla de la multinacional.
Espera que esas plazas que han quedado "vacantes" se cubran ahora con "contratos fijos".
Por otra parte, Paleo reiteró la preocupación de los trabajadores de la fábrica de Cervo porque el problema de fondo que afecta a las empresas electrointensivas "no se ha solucionado" y probablemente "no se solucionará mientras no haya Gobierno".
Está pendiente la aprobación del estatuto que regulará el funcionamiento de las empresas electrointensivas, una normativa que, a su juicio, tiene que fijar un precio "competitivo" para la energía, "para competir en igualdad con países como Francia".
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