19-09-2019 / 15:49 h EFE

La defensa del exdirector de la oficina de Abanca situada en Entrimo, José Luis F.B, acusado de apropiarse del dinero de sus clientes durante su labor en el banco en el que estuvo 24 años, ha acusado este jueves a la entidad bancaria de buscar convertirle en "el chivo expiatorio" tras negar que se hubiese quedado con dinero y ha aludido a una "indefensión".

En sus conclusiones, el citado letrado, que pide la libre absolución para el exdirector, ha acusado a Abanca de pretender "eludir su responsabilidad" derivada de su "mala gestión" al asegurar que "no resulta creíble" que la entidad no conozca lo que ocurría en la sucursal y cuál era su situación económico-financiera.

Para la defensa, "no hay nada que acredite" después de los dos días de juicio que el acusado se hubiese quedado con el dinero de los clientes o que hubiese falsificado documentos como sostienen la acusación particular y la Fiscalía.

Por otro lado, ha criticado la celebración de este juicio después de un proceso de instrucción que ha considerado "una auténtica chapuza" y que provocó que el magistrado le reprochase por dichas manifestaciones.

Para la defensa, la entidad bancaria en ningún caso se puede considerar como "perjudicada" y así ha advertido de que sólo podría hablarse de un posible delito de apropiación si el dinero hubiese entrado en la entidad bancaria y ésta tuviese pruebas de que se hizo con el mismo.

Durante la jornada de ayer, el acusado aseguró que no se apropió del dinero de sus clientes ni del banco y denunció supuestas "presiones" de sus superiores para cubrir los descubiertos y que incluso tuvo que echar mano de su propio patrimonio para zanjar los números rojos.

Por su parte, Ministerio Público y la acusación particular -que representa a Abanca- han ratificado penas de entre seis años y nueve años de prisión respectivamente, al entender que han quedado acreditadas las presuntas irregularidades. El perjuicio para el banco está cifrado en 1,5 millones de euros.

Entiende que el empleado de la sucursal, "guiado por el propósito de procurarse un beneficio económico y aprovechando la confianza" de los clientes, se adueñó de sus fondos durante el periodo comprendido entre 1998 y 2015, por un importe de 1,5 millones de euros, a través de disposiciones indebidas de fondos depositados en cuentas de los clientes sin el consentimiento ni la autorización de estos".

Para refrendar dichas acusaciones, el fiscal se ha remitido, en primer lugar, a un escrito firmado por el exdirector bancario donde "reconoció" las presuntas irregularidades y donde se puso como "único responsable", tesis que no ha mantenido en el juzgado.

Por otro lado, se ha remitido a la situación de sus clientes, en su mayoría personas "de edad avanzada", varias provenientes de Portugal, con "poco conocimiento" de la operativa bancaria y que tenían "confianza ciega" en el exdirector .

Durante la vista, todos los afectados negaron que hubiesen autorizado al acusado el uso y la realización de movimientos en sus cuentas.

"Todos ellos se sintieron engañados y no reconocieron su firma"; ha esgrimido el fiscal.

En esta misma línea, el letrado de la entidad bancaria ha pedido que se tenga en cuenta la "agravante de abuso de confianza" tras acusar al exdirector de la entidad de haber urdido un plan "premeditado" para engañar a clientes a los que previamente habría elegido por sus características y escasos conocimientos financieros.

 
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