La comisión mixta sobre la transición energética se reunirá el 14 de octubre

La comisión mixta formada por los Gobiernos central y regional y los agentes sociales de Asturias para evaluar el impacto de la transición energética en la comunidad mantendrá su primera reunión el próximo día 14 de octubre.

Este ha sido uno de los asuntos que se han abordado este jueves en el primer encuentro formal entre el Principado con patronal y sindicatos para abrir la negociación de la nueva concertación social.

Tras la reunión, el presidente del Gobierno autonómico, Adrián Barbón, ha subrayado la importancia de examinar las amenazas y las posibilidades que conllevarán el proceso de descarbonización en la región.

"Hay que darle la vuelta a alguna situación que puede generar problemas, pero también hay que buscar nuevos nichos", ha declarado.

Barbón ha afirmado que la comisión, una propuesta realizada por la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), permitirá analizar el "impacto real" de la transición energética y así "dejar de hablar de oídas".

Por otro lado, ha destacado la "implicación directa" del Gobierno de España con ArcelorMittal, como demuestra, ha señalado, la reunión que mantendrán en próximas fechas el presidente en funciones, Pedro Sánchez, con el máximo responsable de la multinacional siderúrgica, Lakshmi Mittal, para abordar la crisis que sufre la industria en el conjunto de la Unión Europea.

Adrián Barbón ha relacionado la situación de ArcelorMittal con la guerra comercial abierta a nivel internacional al mismo tiempo que ha reivindicado la importancia que tiene en este asunto la implantación de un arancel ambiental a los productos procedentes de países que no cumplen los acuerdos para reducir las emisiones contaminantes.

ArcelorMittal anunció el pasado mes de mayo un recorte de su producción en Asturias de 700.000 toneladas por la actual coyuntura del mercado -con aumento en el precio de las materias primas y una caída en la demanda- unida al elevado precio de la energía en España y al incremento de los costes de sus emisiones de CO2.

A estos recortes se ha sumado ahora la decisión de la empresa de paralizar la actividad en varias líneas de actividad de su factoría en Avilés lo que dejará en casa de forma temporal a unos 550 trabajadores.