El Tribunal Supremo (TS) ha desestimado el recurso de un profesor de un colegio del barrio murciano de Espinardo que en febrero pasado fue condenado por la Audiencia Provincial de Murcia a 31 años de cárcel por abusar de 8 alumnos de entre 11 y 13 años.
Alegó que los hechos no estaban probados y que los estudiantes habían actuado por venganza, al tiempo que cuestionó el contenido de los mensajes que estos se cruzaron con el docente, pero el Alto Tribunal declara su validez por no haber sido cuestionada en la vista oral.
Además, dice que dado el elevado número de alumnos afectados por las prácticas sexuales del procesado, así como la alta cifra de padres, no es posible que todos se pusieran de acuerdo para mantener el relato de hechos que lo acusaban.
El testimonio de los estudiantes se mantuvo siempre firme y sin fisuras, añade.
La Audiencia declaró probado que los tocamientos y otras prácticas sexuales se produjeron entre los cursos 2008-2009 y 2013-2014 tras haberse ganado el acusado la confianza de los alumnos y de sus padres.
En cuanto a la alegación hecha por el condenado sobre el retraso en la presentación de la denuncia, que expuso para tratar de restar credibilidad a las afirmaciones de estudiantes y progenitores, el TS considera que nada extraño hay en ello, ya que aquellos sentían vergüenza por lo que ocurría, mientras que estos trataron e recopilar y confirmar las noticias que les llegaban.
La sentencia declaró probado también que los abusos fueron cometidos tanto en el centro escolar como en el sótano de la vivienda del profesor, donde impartía clases particulares.
En cuanto a los hechos declarados probados, el tribunal recogió que en una de las ocasiones el procesado le dijo a un alumno al que había suspendido que si quería aprobar, tendría que exhibirse desnudo ante él en los vestuarios, lo que el menor hizo.
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