23-10-2019 / 14:22 h EFE

"De la acción a la palabra" es el título de la exposición organizada por Médicos Sin Fronteras (MSF) en la que expone en quince paneles informativos y otros tantos soportes multimedia algunos de los testimonios más destacados en los que ha denunciado las agresiones que ha presenciado.

Una muestra que han presentado este miércoles en rueda de prensa Muskilda Zancada, adjunta a la delegada de MSF en Aragón, y Carolina López Led, jefa de misión de la organización médico-humanitaria, y que puede visitarse desde hoy y hasta el 23 de noviembre en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza.

Ambas han explicado cómo la organización, formada por médicos y periodistas, ha vivido el sufrimiento diario de las personas a las que asisten y ha denunciado la responsabilidad de quienes lo causan o la impunidad de la comunidad internacional en conflictos como los ataques y bombardeos sobre civiles y personal sanitario en Alepo Este en la guerra de Siria, en la que coincidieron sobre el terreno, y que siguen sin solución.

MSF es una organización que nació en 1971 en la guerra de Biafra (Nigeria) cuando médicos que trataban de ayudar a la población debilitada ya por la sequía volvieron a sus países y decidieron hablar con la prensa y denunciar lo que sucedía con el objetivo de aunar la acción médica con el testimonio y la denuncia.

En la actualidad, esta organización internacional "independiente", que trabaja "desde la población civil y para la sociedad civil", está presente en 78 países y los compañeros de Médicos Sin Fronteras españoles en 28. En Aragón cuenta con 11.753 socios que realizan sus aportaciones, de los que 8.889 provienen de la provincia de Zaragoza.

La exposición recoge los orígenes de la organización en Nigeria y también sus denuncias sobre la deportaciones masivas en Etiopía durante la hambruna de 1985, que le supuso la expulsión del país, o la que hicieron sobre intervenciones cada vez más militares y menos humanitarias de los Cascos Azules y el ejército norteamericano en 1992 en Somalia.

También recoge la retirada de MSF de Ruanda en 1994 cuando los genocidas impusieron de nuevo su ley y robaron la ayuda humanitaria, su petición de alto el fuego y protección para las 40.000 personas atrapadas en la ciudad bosnia de Srebrenica en 1995, de las que 8.000 fueron asesinadas, y la posterior reclamación de investigación sobre el papel de la ONU y los gobiernos occidentales implicados.

El terremoto de Haití en 2010, la epidemia de ébola en el África occidental, sus actuaciones en Chechenia pidiendo el fin de los bombardeos indiscriminados contra la población civil en Grozni o las crisis de Siria, Yemen y el Mediterráneo son otros de los testimonios en los que se detiene la exposición para denunciar los abusos de los que ha sido testigo.

Zancada ha destacado que cuando el presidente internacional de MSF en 1999, James Orbinski, recogió el Nobel de la Paz dijo que no estaba seguro de que la palabra salve vidas, pero sí sabían con certeza "que el silencio mata".

Y aunque ha añadido que no buscan el testimonio ni la denuncia, es una herramienta "que complementa" su acción y que aporta "datos" en un conflicto determinado.

Zancada ha llamado la atención sobre la situación en el Mediterráneo, donde más de 60 millones de personas han intentado encontrar una salida hacia Europa huyendo de las guerras, el hambre y la pobreza y donde la presencia en este mar de su organización desde 2015 para rescatar a personas y hallar vías de acceso seguras se debe "al fracaso de la política europea".

Ha apuntado que en lo que va de año más de 800 personas han fallecido en esta travesía y aunque ha señalado que aunque la situación ha mejorado con la salida de Matteo Salvini del gobierno italiano y el levantamiento del bloqueo de puertos seguros en Malta e Italia para estas personas, ha mostrado su deseo de que la tendencia "continúe" y urgido "corresponsabilidad" a los gobiernos europeos

"Es necesario buscar un sistema continuo que agilice y de seguridad a estar personas y no tratar caso por caso", ha aseverado, antes de añadir que en Médicos sin Fronteras son "perseverantes", que salvar vidas "no es un crimen" y que continuarán trabajando en ello, ahora con el Ocean Viking, que sustituyó al Aquarius.

Además de la situación en el Mediterráneo, desde MSF han pedido el fin de las devoluciones a Libia y que se implemente una operación europea de salvamento, la evacuación de niños y personas más vulnerables de los campos de refugiados existentes en las islas griegas y mayor personal sanitario en los centros de recepción.

 
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