El sistema educativo catalán está estandarizado y las ayudas a la diversidad poco integradas en las vías ordinarias, advierte un informe elaborado por la Fundación Bofill e Ivàlua que se ha presentado esta tarde en Barcelona.
De esta base parte el informe, que ha revisado más 700 estudios internacionales en los que se analiza el impacto de diferentes medidas de apoyo a las necesidades educativas y de diversificación curricular sobre el rendimiento, las competencias socioemocionales y el abandono de los estudios.
Sus autores, partiendo de la base de que "queda mucho camino por hacer para tener en Cataluña un sistema escolar inclusivo que se aplique en todos los centros educativos", han presentado este miércoles en Barcelona las conclusiones del estudio.
El informe pivota sobre la necesidad de tener en cuenta que las necesidades educativas de los alumnos derivan de sus condiciones socioeconómicas y de otras como una posible discapacidad o trastornos, o la condición de inmigrante.
Para hacer realidad un marco de escuela inclusiva que atienda las diversidades de aprendizaje de manera efectiva, el informe considera básico un buen diagnóstico del alumnado, un profesorado formado y cobertura suficiente de profesores especialistas.
En cuanto al sistema de evaluación, debería centrase tanto en el proceso como en los resultados teniendo en cuenta la diversificación curricular y las medidas de atención a las necesidades educativas, según los expertos.
Para hacer de la escuela un sistema inclusivo se deberían aplicar medidas universales para todos los alumnos, como el trabajo en grupos cooperativos e impartir programas de educación socioemocional, propone el informe.
Además, se deberían aplicar otras medidas adicionales, de carácter flexible y temporal, que serían para grupos habitualmente reducidos y que alcanzarían al 15-20 % de los alumnos, calcula el estudio.
Entre estas medidas se encuentran las aulas de acogida en la educación primaria y secundaria, el apoyo escolar personalizado de primaria y los programas intensivos de mejora y los programas de diversificación curricular de secundaria.
Otras medidas que se aconsejan son de carácter más intensivo y se aplicarían al 5 % de los alumnos, según el estudio, entre las que cita la escolarización compartida o las unidades de educación especial, que funcionan para los alumnos con más dificultades cuando se aplican de forma temprana y personalizada, e incluyen trabajo socioemocional.
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