Un tribunal tunecino especializado en crímenes terroristas condenó hoy a un hombre a la pena capital por colaboración en el atentado suicida que en noviembre de 2015 segó la vida de doce guardias presidenciales en el centro de la capital, informó la agencia estatal TAP.
Según la fuente, a un segundo acusado se le impuso cadena perpetua mientras que otros ocho más recibieron penas de diez años de prisión.
Seis de los diez acusados fueron condenados en ausencia.
Aunque el país no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde la década de los noventa del pasado siglo, más de 70 personas han sido condenadas desde entonces a muerte, en su mayoría por casos relacionados seguridad nacional, según la organización Amnistía Internacional (AI).
El atentado fue el tercero de una cadena que ese año mató a 72 personas, entre ellas 60 turistas extranjeros.
Los tres fueron perpetrados por presuntos suicidas y fueron reivindicados por la franquicia local de la organización Estado Islámico
A partir del último, el país recuperó el estado de emergencia, una medida que desde entonces no se ha levantado y que otorga al Ejecutivo amplios poderes para suspender el derecho a la libertad de expresión, reunión, asociación y movimiento.
La medida ha sido criticada por grupos de defensa de derechos humanos, que temen una regresión de los avances adquiridos desde la llamada "Revolución de los Jazmines" en 2011, que concluyó con la huida del país del dictador Zinedin el Abedin ben Ali.
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