Interrupciones en las cadenas de suministro y la posibilidad de un incremento del absentismo laboral son dos de las principales repercusiones que un agravamiento del coronavirus podría tener en la economía española, según expertos de la escuela de negocios Iese.
Las empresas exportadoras e importadoras de bienes chinos serán las primeras afectadas si la economía china se frena bruscamente a causa de esta epidemia, ha afirmado este jueves el profesor Antonio Argandoña en un encuentro con periodistas en Barcelona.
Una posible interrupción de la cadena de suministro procedente de China podría convertirse en una rémora para la economía española, como efectos derivados en la celebración de eventos, como ha ocurrido con la suspensión del congreso de móviles en Barcelona.
No obstante, expertos del IESE descartan que esta cancelación vaya a afectar negativamente a la reputación de Barcelona, ya que la decisión de no celebrarse no ha partido de las administraciones españolas, sino de la propia organización del congreso.
Argandoña ha apuntado que si la enfermedad llegara a España podría haber asimismo un inesperado aumento del absentismo laboral, ya que en el supuesto de que se detectara algún caso en una empresa ésta debería poner en vigilancia al resto de trabajadores en prevención de un posible contagio.
Asimismo, el peso de China como proveedor de bienes y componentes se evidenciará aún más si la economía china se frena a causa de un recrudecimiento de la epidemia. "No es fácil sustituir a China como proveedor", ha dicho por su parte la directora del departamento de Economía del IESE y consejera del Banco de España, Nuria Mas.
Por otra parte, en este encuentro los expertos del IESE han alertado sobre deficiencias en diversos indicadores de la economía española, como el bajo índice de productividad y la "falta de flexibilidad" para acometer puntos esenciales como el mercado de trabajo o el marco educativo.
El profesor Alfredo Pastor ha subrayado que la precariedad en el mercado laboral español "se está haciendo endémica" y ha abogado por grandes consensos políticos para acometer las reformas estructurales que necesita la economía española en campos como el estado de bienestar o el empleo.
En esta línea, Argandoña ha afirmado que estas reformas no se acometen debido a un "cortoplacismo" de la clase política, más preocupado por ajustes variables que por un cambio estratégico de las políticas económicas, mientras que Mas ha abogado por introducir evaluaciones de cumplimiento sobre las políticas de gasto público.
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