Las Agrupaciones de Mariscadoras Virxe do Carme de Arcade y la Cofradía de Pescadores San Juan de Redondela han solicitado a la Consellería do Mar la suspensión provisional del marisqueo dado que no se pueden garantizar su seguridad ni las de sus familias por el riesgo de contagio del coronavirus.
Las entidades de mariscadoras, que agrupan a unas 200 profesionales en la Ría de Vigo, destacan en su escrito a la conselleira, Rosa Quintana, que las recomendaciones para llevar a cabo su actividad son inejecutables.
Por ejemplo, señalan, en sus desplazamientos a los bancos de marisqueo viajan en turnos y en grupos de 30 personas sin espacio para mantener la distancia de seguridad entre ellas.
Recuerdan las mariscadoras que “existen antecedentes científicos que informan de graves casos de contagios y extensión de la enfermedad, que pueden repercutir non sólo en los propios profesionales del sector y en los trabajadores de las cofradías, sino también en las personas con las que conviven en su unidad familiar”.
Para estas entidades estás son razones “más que suficientes para desaconsejar tajantemente la actividad extractiva de un bien alimenticio como el marisco que no tiene carácter de esencial ni de primera necesidad”.
Además, señalan que esta situación está provocando un daño “casi irreversible” en el sector desde el punto de vista económico ya que tras obtener el género, se encuentran en tierra muchas veces las lonjas cerradas, por lo que tienen que devolverlo al mar o malvenderlo.
Esta situación “provoca una grave distorsión en el sector y también en el mercado, con pocas o nulas expectativas de que vaya a normalizarse próximamente, menguando el valor patrimonial y la capacidad productiva de un sector estratégico en nuestra economía”, concluyen.
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