La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 23 años de cárcel a dos hermanas y a la pareja de una de ellas por asesinar en abril de 2016 a la cuñada de las acusadas en su vivienda de la localidad de La Rinconada, todo ello tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular.
Según ha informado este lunes a Efe el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la sentencia destaca "la despiadada forma" en que los encausados "dieron muerte" a la fallecida y, además de condenarlos por un delito de asesinato, les impone el pago solidario de una indemnización de 546.000 euros a la familia de la víctima en concepto de responsabilidad civil.
El juicio contra C.N.S., R.N.S. y F.J.M.R., para quienes la Fiscalía solicitó 25 años de prisión, quedó visto para sentencia el pasado 18 de febrero después de que un jurado popular dictase un veredicto de culpabilidad por mayoría de siete votos a dos.
En la sentencia, fechada el 17 de marzo y que admite recurso de apelación ante el TSJA, la Audiencia recalca "la autoría múltiple, la vinculación cuasi familiar que había y la despiadada forma" en que obraron los acusados, que no podrán obtener el tercer grado penitenciario hasta cumplir la mitad de la condena.
El jurado consideró probado que los hechos ocurrieron sobre las 9.45 horas del 19 de abril de 2016, cuando los procesados se presentaron en el domicilio de la fallecida, que era viuda de un hermano de las acusadas desde diciembre de 2015 y tenía tres hijos menores.
La víctima les dejó entrar "pese a las pésimas relaciones" con sus cuñadas, "cuyo comportamiento (como el de otros miembros de la familia) la hacían sentirse controlada", ya que "no compartían la forma de llevar el luto por el hermano o por el modo de educar a la hija que tuvo" con él.
Ya dentro de la vivienda, "armados con un objeto romo y de peso y al menos un cuchillo de cocina", los encausados "se abalanzaron" sobre la víctima y la golpearon hasta hacerla caer al suelo, "donde continuaron golpeándola y apuñalándola", con lo que le causaron "un desmesurado sufrimiento" antes de morir.
Los acusados, en prisión provisional desde el día del veredicto, fueron "conscientes del sufrimiento que ocasionaban a su víctima", que recibió 25 golpes y 61 cuchilladas y "no tuvo posibilidad alguna de defenderse (...) salvo para gritar pidiendo socorro", según el jurado, para el que concurrieron las agravantes de ensañamiento y alevosía.
Sobre la alevosía, la Audiencia subraya que intervinieron tres personas "con objetos aptos para causar graves lesiones que fueron empleados de forma especialmente dañosa", con "golpes dirigidos a la cabeza, cuchilladas en la garganta y en la espalda".
Con ello "se anulaba la posibilidad de defensa e incluso de huida" de la mujer, cuyo cadáver quedó "con la cabeza orientada" hacia una puerta que daba a un patio "al que no llegó nunca".
La sentencia asevera que "la mataron con saña en el sentido gramatical del término, con furor, enojo ciego y crueldad", y "también en el sentido jurídico", ya que la agredieron con tanta fuerza "que uno de los golpes le provocó una fractura abierta" de un dedo y además "siguieron golpeándola y apuñalándola" cuando estaba en el suelo.
La Audiencia, en cambio, rechaza la agravante de abuso de confianza y recuerda "las malas relaciones" entre las mujeres, por lo que argumenta que la víctima dejó entrar a los tres "porque los conocía, no porque tuviera ninguna relación de confianza con ellos".
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