Tradicionalmente, la Semana Santa ha sido considerada el "termómetro" que permite anticipar si la temporada alta iba a ser buena para el turismo. Las restricciones a los viajes y cierres de hoteles por la pandemia dejan un escenario de "cero" actividad que presagia un verano "malo".
Este termómetro "no va a fallar ni este año", asegura el presidente de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (FAHAT) y de la patronal hotelera de la Costa del Sol, Luis Callejón, quien pronostica un verano "perdido".
La temporada estival "va a ser como ahora", ha asegurado a Efe Callejón, quien ha sostenido que el turismo "a corto plazo está muerto" porque no se sabe "cómo ni quién va a venir".
Asegura que afronta el verano con la vista puesta en el "peor de los escenarios, el realista", por una situación que ha hecho que el sector viva una Semana Santa con "cero" actividad, cuando el pasado año alcanzó en los días de mayor afluencia ocupaciones superiores al 90 por ciento en la Costa del Sol.
A medida que se han ido prolongando las medidas de confinamiento por el estado de alarma, se han ido extendiendo las cancelaciones, y para mayo están "prácticamente todas las reservas caídas" y empiezan a registrarse anulaciones para junio, ha explicado.
Aunque para los meses "fuertes" del verano aún queda tiempo, Callejón incide en que si la ocupación en los hoteles pasa del 85-90 por ciento de los últimos años a cifras inferiores al 50 por ciento, los precios no podrán mantenerse en meses como agosto, que suponen la principal fuente de ingresos para las empresas.
Ello llevará a muchos hoteles a no abrir este verano, "a no ser que les obliguen" -en torno a un 25 por ciento, que son de temporada en la Costa del Sol-, ha manifestado el presidente de Aehcos, quien ha recordado que en invierno ya cierra parte de la planta hotelera, lo que augura un 2020 para el olvido.
A ello se unen las consecuencias económicas de la pandemia, que ha supuesto un "hachazo" para muchos clientes, que "lo que menos se plantean ahora son unas vacaciones".
Y avisa de que si no hay clientes en los hoteles, los ERTE se pueden "convertir en ERE" en los próximos meses porque las empresas no van a poder asumir todo el empleo fijo, por lo que cree que empresarios y sindicatos tienen que trabajar "de la mano" para superar esta situación.
Más optimista se muestra el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Andalucía (AEDAV), Sergio García, que ha manifestado a Efe que la Semana Santa "ha sido tan nefasta: ninguna venta y todo devoluciones" que el verano será "algo mejor, aunque sea con un mínimo de actividad".
No obstante, ha admitido que será una "mala" temporada veraniega en la que la actividad seguramente se centre en el turismo nacional porque habrá aún restricciones derivadas de la pandemia y previsiblemente no podrán celebrarse eventos de ocio o deportivos.
La esperanza está puesta en que en junio o julio "empiece a moverse" el mercado interno, ha apuntado García, quien reconoce que hay "mucha incertidumbre" en el sector porque después de Semana Santa "se vende lo fuerte del verano".
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