El Museo Provincial de Bellas Artes de Badajoz (MUBA) ha celebrado recientemente su centenario y en este siglo de vida cuenta con una amplia trayectoria de dilatada historia y contenidos realmente relevantes.
La directora desde hace 16 años, María Teresa Rodríguez ha afirmado que la pinacoteca muestra una composición museística, tras su ampliación, que la hace diferente y sorprende a sus visitantes, según recoge la institución provincial en nota de prensa.
El museo fue inaugurado en 1919 por el aquel entonces presidente de la institución provincial, Sebastián García, a iniciativa de pintores entusiastas, sobre todo de Adelardo Covarsí.
Los antecedentes están en la Escuela de Artes y Oficios y en las becas para artistas pensionados, que debían corresponder con donaciones de sus obras, y con 28 de ellas se abrió el germen del museo.
La mitad del tiempo el MUBA ha estado en el palacio de la Diputación hasta que, en los años 70, se trasladó al inmueble de la calle Meléndez Valdés.
Posteriormente se añadió el anexo de otro edificio en la calle Duque de San Germán, unido al primigenio por un patio abierto, que se abrió al público con una magnífica exposición dedicada a Zurbarán.
En 2015 se realizó una nueva ampliación de edificación nueva que ha impulsado al museo, le ha dado mayor relevancia por el diseño arquitectónico y por el que ha estado nominado a un premio.
En cuanto a los fondos del museo, viajan del siglo XVI al XXI y la idea es que el visitante realice un viaje en el tiempo, de lo más actual a lo más pretérito.
Hasta el XVIII el fondo es menor, pero no por ello falto de interés, mientras que en los siglos posteriores responden fundamentalmente a artistas extremeños, muchos de ellos becados por la Diputación.
Existe también una parte dedicada a la escultura y buena parte de ella se exhibe en el patio, espacio vivo donde se desarrollan actividades concertísticas en verano, presentaciones, actos inaugurales y otros eventos.
El pintor de Monesterio Eduardo Naranjo ha repetido en el MUBA con una nueva exposición que se clausuró en pasado mes de marzo y que ha resultado ser un éxito por el interés y número de visitantes.
La relevancia del museo pacense quedó patente al ser seleccionada para albergar la obra "San Francisco en Oración", de Zurbarán, por el bicentenario del Prado.
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