El compositor musical Roque Baños (Jumilla, Murcia, 1968) ha denunciado en su perfil de Twitter tras pasar dos semanas hospitalizado en Madrid que tras otras dos en su casa antes de su ingreso con fiebre muy alta y disnea y realizar varias llamadas al 112, no le "hicieron caso en absoluto".
En una carta, relata que tras contagiarse en febrero ha pasado "la peor época" de su vida y que tras llamar varias veces al 112 madrileño, "como era requerido", y no obtener una solución, se presentó por su cuenta en las urgencias del hospital La Paz, donde dio positivo en Covid-19.
Presentaba una neumonía bilateral por la que estuvo ingresado dos semanas en el Carlos III, a cuyo personal sanitario agradece "profundamente" haberle "salvado la vida".
El ganador de tres premios Goya en 2003, 2008 y 2009 a la mejor banda sonora cuenta que ha pasado "experiencias amargas" y que antes de abandonar el hospital no le pudieron repetir la prueba para ver si daba positivo o no y "a día de hoy, tampoco hay posibilidad" de que se la hagan, por lo que todavía debe permanecer aislado sin poder acercarse a su familia.
Muestra su "indignación" por la gestión que de la crisis está haciendo el Gobierno y por "su actitud de control y censura a quien la critica", lo que de quedarse "atónito, paralizado" con los test de "ganga" comprados que tuvieron que ser devueltos, lo lleva a estar "todavía más perplejo".
Tras citar a la ministra de Asuntos Exteriores hablando de esos test, se refiere a "personas que toman decisiones que nos afectan a todos" y en las que él "confiaba", pero que ahora "borran tuits, exponen excusas sin argumento, ejemplos que no vienen al caso y que carecen de toda lógica, negando lo evidente y desviando la culpa a terceros para generar confrontación con el fin de desacreditar opiniones críticas basadas exclusivamente en hechos objetivos".
En su opinión, "hay algo absolutamente inadmisible: que se pretenda que perdamos nuestro derecho a poder expresar con libertad no solo lo que vemos y vivimos, sino además lo que sentimos y pensamos".
Por todo ello, pide: "Por favor, que nadie calle, que no nos hagan tragar saliva y quedarnos petrificados, con la mirada perdida, de absoluta impotencia", tras lo que indica que "aunque la verdad ofenda, no esclaviza, porque el ofendido tendrá libertad para ofrecer su réplica, mientras que la mentira, por muy bonita que sea o la maquillen, nos hace presos".
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