Niños y adolescentes son uno de los grupos que más está sufriendo un confinamiento que en Italia dura ya mes y medio, y que les está provocando problemas físicos y emocionales. Para remediarlo, un grupo de psicólogos ha puesto en marcha un servicio telefónico gratuito de terapia para familias.
"Pensamos que sería útil en estos momentos, después de que las primeras semanas recibiera muchas llamadas de familias pidiendo ayuda", explica a Efe el profesor de psicología Giampaolo Nicolais, responsable de un equipo de 35 terapeutas de la Universidad de La Sapienza de Roma.
Nicolais aclara que no se trata solo de una "línea de escucha", como muchas que se han activado ya, sino que es un servicio de "consulta psicológica especializada" sobre los problemas que puede derivar esta convivencia forzada entre padres e hijos.
Para los más pequeños, el problema principal por el que acuden a esta terapia las familias es la falta de movimiento. "Tienen una gran necesidad de salir, de explorar el espacio", señala Nicolais, que advierte de los problemas derivados: irritabilidad, nerviosismo, alteración del sueño...
También sufren la distancia con otras personas de su entorno, como los compañeros de guardería o de la escuela, o abuelos y otros familiares.
El consejo que dan, habitualmente, es permitir que los niños hagan videollamadas con sus amigos y abuelos, para seguir reforzando estos vínculos, importantes en la más tierna infancia.
Con los adolescentes, en cambio, el principal problema es "la necesidad que tienen de estar separados de sus padres, de estar aislados", algo que durante la cuarentena se hace más difícil.
"En las casas pequeñas, donde los hijos no tienen mucha privacidad, la convivencia forzada termina siendo un problema", continúa el psicólogo, que en estos casos su principal consejo a los padres es decirles que "es normal que quieran estar solos".
"Tenemos que gestionar el ansia de los padres; el hijo a esas edades tiene que tener sus momentos de soledad", asegura.
El profesor alerta de otro gran riesgo: el desarrollo de fobias ligadas a la actual situación de alarma por el coronavirus. Cuenta un caso que atendió personalmente, de un niño de cinco años que al recibir un regalo por correo, "corrió espantado" al ver la caja, por miedo al contagio.
Cree que serán más frecuentes este tipo de conductas, como también la agorafobia o miedo al exterior, aunque aclara que "el trauma no es algo objetivo, es subjetivo, depende de cada caso".
"Me he ocupado del trauma con niños maltratados o abusados y muchas cosas que nosotros pensamos que son un trauma no necesariamente comportan consecuencias traumáticas", señala.
Para evitar que esto ocurra, Nicolais recomienda explicar al niño lo que ocurre y "tener un buen clima familiar y emotivo", lo que mejorará las consecuencias a largo plazo.
En Italia, el Gobierno permitió salir controladamente a los niños a pasear, acompañados de un solo adulto y en la cercanía del domicilio, algo que provocó rifirrafes con algunas regiones, en las que se promulgaron nuevas normativas para que esto no se llevara a cabo.
Para Nicolais, los pequeños deben "absolutamente" salir de casa, ya que son quienes más sufren este encierro, pero "con todas las cautelas".
El servicio, que empezó a estar operativo el pasado 8 de abril, está atendiendo actualmente a 25 familias de toda Italia y seguirá activo al acabar el confinamiento, "ya que los problemas derivados de la cuarentena durarán meses".
El equipo está formado por psicólogos voluntarios que se están especializando en psicología clínica y psicoterapia, por lo su paso por este servicio de terapia telefónica les sirve como experiencia práctica.
Y en la página web de la universidad se ponen a disposición de las familias actividades recomendadas, tablas de ejercicios que realizar con los pequeños o rutinas a seguir para estructurar bien el día y hacer más llevadera esta larga cuarentena.
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