El Ayuntamiento de Cáceres ha adquirido ya 17 termómetros de infrarrojos para medir la temperatura a las personas a la entrada de los edificios municipales para cuando comiencen a relajarse las medidas de confinamiento, así como tres máquinas de desinfección por ozono.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ozono es el desinfectante más potente contra todo tipo de microorganismos, y el Ayuntamiento ha adquirido estas máquinas para usarlas en salas y dependencias municipales, sobre todo en aquellas áreas donde se registra más tránsito de personas.
En cuanto a los termómetros de infrarrojos, ya se habían asignado dos para su uso en las dependencias de la Policía Local, para testarlos con la plantilla, que ha llegado a registrar hasta diez positivos en coronavirus.
Los termómetros se utilizarán para controlar la temperatura del personal municipal cuando se reincorporen a sus puestos de trabajo.
También se han adquirido dispensadores y gel hidroalcohólicos para tenerlos a disposición de trabajadores y usuarios en todos los edificios muncipales.
Cuestionado por la aplicación de esa desescalada en Cáceres, debido a la importante incidencia del virus en la ciudad y el área de salud, el alcalde, Luis Salaya, ha manifestado que ese desconfinamiento debe hacerse "al ritmo que marquen los expertos".
Ha advertido de que "si Cáceres sale más tarde del confinamiento, necesitará más ayuda" para superar la crisis económica derivada de la sanitaria.
"Seremos exigentes con las instituciones al respecto", ha subrayado Salaya.
Por último, en materia de sanciones por saltarse el estado de alarma, en la jornada de ayer se interpusieron diez denuncias (cuatro viandantes y seis conductores), de los cuales uno es reincidente y otro multireincidente, ya que es la sexta denuncia que acumula, por ello ha sido propuesto para una denuncia por un delito de orden público.
Se practicaron controles a 128 peatones y 348 vehículos.
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