El plan de desconfinamiento que prepara la Generalitat de Cataluña se basará en el documento de propuestas que el epidemiólogo Oriol Mitjà trasladó al ejecutivo catalán el pasado martes y contempla una apertura en cinco fases, test masivos y abre la puerta a la creación de un certificado de inmunidad.
El Govern espera aprobar el plan en un consejo ejecutivo extraordinario que podría celebrarse mañana sábado, si bien el pasaporte o certificado inmunitario ha generado discrepancias entre los dos socios de gobierno, JxCat y ERC, lo que habría retrasado su aprobación, ya que todavía no se ha decidido si se incorporará o no al plan definitivo.
El primer punto de las recomendaciones que trasladó Mitjà al Govern son los test masivos: hasta 1,5 millones de PCR (los más sensibles) para saber los positivos y otros 6 millones de pruebas serológicas para saber cuántas personas han desarrollado inmunidad al virus, si bien algunos expertos como el epidemiólogo Antoni Trilla han puesto en duda que el Govern tenga la capacidad para llevar a cabo tal cantidad de pruebas.
Los resultados de estos test se incluirían en el certificado de inmunidad con un código de colores (verde, amarillo y rojo), de manera que este "pasaporte serológico" permitiría el acceso a "espacios con alto riesgo de transmisiones", según indica el texto.
El documento de Mitjà habla de una apertura en cinco fases supeditada a que se cumplan ciertos criterios epidemiológicos y sanitarios: los datos epidemiológicos deben demostrar una caída sostenida de los confirmados durante doce días y los datos sanitarios que las ucis no están saturadas; esto es, que menos del 20 % de los ingresados sean enfermos de coronavirus.
Si se cumplen estos criterios, se podrá llevar a cabo un levantamiento gradual de las medidas: primero, el retorno de las personas sanas a sus puestos de trabajo no esenciales; segundo, la salida a la calle de personas sanas, "con especial atención a los menores y a la gente mayor".
Después llegaría la apertura de bares y restaurantes y la celebración de actos con aforo inferior a 30 personas, la apertura de los centros educativos y las escuelas, y en último lugar los negocios con aforo superior a 30 personas y los acontecimientos culturales y deportivos con público.
El texto no adelanta ninguna fecha de inicio, pero deja entrever que las medidas de intervención podrían extenderse "de forma prolongada o intermitente" entre 12 y 18 meses para evitar el colapso de los hospitales y hacer frente a los brotes "recurrentes" de la enfermedad.
El Govern contempla también la posibilidad de aplicar medidas de confinamiento "focalizado o global" en función del territorio, una propuesta que ha cogido forma después de que el conseller de Interior, Miquel Buch, abriese ayer la puerta a aplicar un desconfinamiento por municipios en Cataluña en el que los ayuntamientos tengan su participación.
El papel de la tecnología en el desconfinamiento, no obstante, no acaba en el pasaporte de inmunidad: Mitjà propone que se rastreen los contactos de las personas con síntomas a través de la tecnología bluetooth de sus teléfonos móviles.
Además de estas medidas, el informe de Mitjà también recomienda hacer controles de temperatura en los principales nodos de transporte y valorar el uso del certificado de inmunidad como criterio de acceso a trenes y autobuses si éste acaba poniéndose en marcha.
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