elas, 28 abr (EFECOM).- La Comisión Europea (CE) propuso este martes relajar temporalmente los requisitos de capital para los bancos de la Unión Europea (UE) con el fin de que tengan más margen para prestar a las empresas y hogares afectados por la pandemia de COVID-19.
Entre otras medidas, plantea suavizar las exigencias de hacer provisiones por créditos que puedan resultar impagados, modificar el cálculo del ratio de apalancamiento de las entidades para que no tengan que aumentar sus reservas de capital por ciertos activos o dar un trato preferencial a los préstamos cubiertos por garantías públicas.
El objetivo es que las entidades mantengan sus colchones de capital disponibles para dar préstamos a la economía real.
La Comisión estima que, de aprobarse, estas medidas podrían añadir 30.000 millones de euros en capital para los bancos de la eurozona, que les permitirían dar 450.000 millones adicionales en crédito, apuntan fuentes comunitarias, aunque admiten que hacer un cálculo exacto es complicado.
Bruselas propone flexibilizar la aplicación de las normas que exigen que los bancos hagan provisiones -reserven dinero- para cubrirse por las pérdidas que esperan que genere un crédito, de modo que estas provisiones, que aumentarían en el contexto de la pandemia por el mayor riesgo de impagos, no disminuyan su capital.
Estas reglas contables, conocidas como IFRS9, ya prevén una excepción temporal para que los bancos puedan descontar hasta el 70 % de este impacto sobre su capital -solo 34 bancos europeos la usan- y Bruselas propone ahora que puedan descontarse el 100 % hasta finales de 2021 para mitigar el impacto del coronavirus.
De este modo, las provisiones hechas a partir de enero de 2020 no afectarían al capital regulatorio de las entidades.
Por otro lado, la Comisión plantea permitir que los bancos no cuenten entre sus activos las reservas que tengan en bancos centrales a la hora de calcular su ratio de apalancamiento, que mide la relación entre todos los activos de una entidad y el capital para financiarlos.
Este indicador se introdujo tras la crisis financiera para asegurar que las entidades tienen capital suficiente para absorber las posibles pérdidas por todos sus activos, con lo que sacar las reservas en bancos centrales del cálculo rebajaría las necesidades de capital.
Además, Bruselas ha incorporado la decisión del Comité de Basilea de retrasar un año, hasta 2023, la introducción obligatoria de este ratio.
La Comisión propone, además, dar un trato preferencial a los préstamos con riesgo de impago que surgirán por la crisis cuando estén garantizados por autoridades públicas, al tiempo que clarifica que la aplicación de una moratoria pública o privada sobre los créditos no implica su clasificación automática como préstamo improductivo.
Bruselas plantea también que ciertos activos de software dejen de deducirse del capital regulatorio de los bancos, así como dar un trato preferencial a los préstamos respaldados con pensiones o salarios a la hora de calcular los requisitos de capital por los mismos.
La Comisión espera que los países de la UE y la Eurocámara puedan aprobar el paquete para junio.
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