de Janeiro, 8 may (EFECOM).- Brasil registró en abril una deflación del 0,31 %, la mayor desde agosto de 1998, cuando fue del 0,51 %, coincidiendo con la crisis del coronavirus, según los datos divulgados este viernes por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El Índice Nacional de Precio al Consumidor Amplio (IPCA), usado como referente para la inflación del país, terminó marzo en el 0,07 %, el menor nivel para este mes desde la creación del Plan Real de ajuste económico en 1995.
La deflación en abril fue consecuencia de la caída de la demanda en medio de las restricciones a la movilidad adoptadas para combatir el coronavirus, que hasta el jueves contabilizaba 135.106 casos y 9.146 muertos, y por la reducción del 9,59 % del precio de los combustibles y de los del sector de transportes (2,66 %).
"El resultado de abril se vio muy influenciado por la serie de reducciones en los precios de combustibles, principalmente de la gasolina, que cayó bastante y empujó el índice para abajo", señaló el gerente de encuestas del IBGE, Pedro Kislanov.
A pesar de una caída en los precios de casi todos los sectores, el de los alimentos subió un 1,79 %.
Según Kisnalov, en este sector, "hay una relación de la restricción de oferta, natural en los primeros meses del año, y del aumento de la demanda provocado por la pandemia de la COVID-19, con las personas yendo más al mercado, cocinando más en casa".
Con la deflación de abril, la tasa acumulada de inflación en los cuatro primeros meses del año es del 0,22 %, igualmente el menor nivel para el período en los últimos 25 años, desde la creación del Plan Real que acabó con la hiperinflación en Brasil, mientras que en el interanual el índice se situó en el 2,40 %.
Los economistas del mercado financiero, que ya revisaron sus proyecciones teniendo en cuenta el impacto del coronavirus, prevén que Brasil cerrará 2020 con una inflación del 1,97 %, la menor para un año desde 1998 (1,65 %), según el más reciente Boletín Focus del Banco Central.
Las restricciones por el coronavirus también obligaron al IBGE a cambiar sus métodos de medición de precios, pues suspendió los registros presenciales y pasó a evaluar las variaciones mediante llamadas telefónicas, correos electrónicos y consultas a sitios en internet.
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