La Fundación Portolà, que da trabajo a más de 100 personas con discapacidad intelectual, ha transformado su taller de confección en un espacio de fabricación de mascarillas solidarias y homologadas para proteger frente a contagios de coronavirus.
El objetivo de esta iniciativa es "aportar valor social" a las mascarillas y contribuir a la recuperación tras la crisis causada por la pandemia, según ha expresado este jueves la entidad en un comunicado.
Las mascarillas a la venta, disponibles en tres modelos en la tienda en línea de la fundación, garantizan seguridad y protección con materiales "de calidad" manipulados por personas con discapacidad intelectual.
Además, son "de kilómetro cero" y promueven una economía "social y colaborativa" desde una "perspectiva humana", puesto que los fondos recaudados contribuirán a cubrir las necesidades de integración social y laboral de las personas atendidas por la entidad.
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