El Principado de Asturias afronta un verano con más probabilidades de ser seco tras registrar la primavera más cálida de su historia, con una anomalía de 2,4 grados por encima de lo normal y que ha estado marcada por el mes de mayo, que también ha sido el más cálido de la historia con una temperatura media 3,7 grados superior a lo habitual.
El delegado territorial de Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Asturias, Ángel Gómez, ha ofrecido este viernes estos datos en una rueda de prensa en la que ha analizado el balance de la primavera en el Principado, así como la previsión para el verano, que comienza mañana a las 23:44 hora peninsular.
Gómez ha avanzado que a partir de mañana y hasta el martes se irán incrementando las temperaturas en la región, con días soleados y un riesgo mínimo de precipitación en la cordillera.
Este escenario llega tras una primavera extremadamente cálida y muy soleada, aunque con precipitaciones y una actividad tormentosa normal.
En este sentido, Gómez ha subrayado que ha sido la primavera más cálida desde que se lleva el registro de temperaturas, en 1961, y que ha estado marcada por un mes de abril muy cálido, con temperaturas 2,6 grados por encima de lo normal, y un mayo extremadamente cálido y soleado, en el que las temperaturas han sido 3,7 grados superiores a lo habitual.
Los valores extremos registrados en Asturias a nivel de temperatura no se han correspondido en la actividad tormentosa ni lluviosa, que ha sido un 16 por ciento inferior a lo habitual, unos datos "normales para esta época del año".
A pesar de que abril y mayo han sido dos meses secos en el Principado, la actividad lluviosa de la región se ha mantenido en valores normales tras registrar un marzo húmedo y muy tormentoso, con un 14 por ciento más de precipitaciones de lo normal.
El 31 de marzo fue el día más frío de la primavera, con vientos "muy fríos y secos" que provocaron nevadas débiles en algunos puntos de la región y temperaturas bajo cero en la zona central de Asturias.
Las temperaturas máximas registradas se produjeron el 4 de mayo, superando los 34 grados en Llanes y Colunga y los 35 grados en Gijón.
El día más lluvioso de la primavera fue el 16 de abril en Pajares, donde cayeron 52 litros por metro cuadrado, mientras que San Antolín- Linares, el 1 de marzo, y Llanes, el 6 de marzo, registraron los días más ventosos con rachas de 108 kilómetros por hora.
Para el conjunto del país, la Aemet prevé un verano más cálido en todo el sur peninsular y en ambos archipiélagos, y más seco de lo normal en toda España, tras una primavera muy cálida, la cuarta más templada desde 1965.
No obstante, la Aemet precisa que en zonas del norte peninsular los modelos climatológicos no dan señales claras y relevantes, por lo que, meteorológicamente, "puede pasar cualquier cosa", según ha señalado en otra rueda de prensa en Madrid la portavoz del Área de Información Meteorológica de la Agencia, Beatriz Hervella.
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