Imma Prieto acaba de cumplir un año como directora de Es Baluard, un año marcado por la crisis de la pandemia, que ha provocado "una bajada importantísima de recursos propios" y acentuado una precariedad crónica, porque el museo "trabaja con presupuestos bajo mínimos desde hace años".
La mitad de esos recursos propios, equivalente al montante previsto para toda la programación anual, se ha perdido por el confinamiento y el hundimiento del turismo. "El 2020 podría cerrar puertas si no hubiera tenido un apoyo extra", ha explicado Prieto en una entrevista con Efe.
Es Baluard Museu, que se nutre de las aportaciones del Govern, el Ayuntamiento de Palma y el Consell de Mallorca, que conforman su patronato junto con la Fundación de Arte Serra, tenía para este 2020 un presupuesto de 1,5 millones de euros, el más bajo de todos los centros de arte contemporáneo de su género en España, lamenta su directora.
"Estamos en el noveno puesto de diez, y el que está detrás es de una comunidad donde hay dos museos" de similar categoría dedicados al arte contemporáneo, subraya Prieto, quien, no obstante, agradece los "apoyos extraordinarios para sobrevivir ordinariamente" realizados por las instituciones ante el impacto de la crisis sanitaria y turística.
Entiende que en el futuro inmediato mejorar la financiación al nivel que reivindica desde que se puso al frente del museo "va a ser muy complicado para los patronos". "No es que no quieran, es que no van a poder, y entiendo que socialmente ha muchas necesidades, lo tengo muy claro, pero se ha demostrado en esta pandemia que la cultura no es un privilegio, es un derecho y que en momentos duros ayuda no solo a pensar sino a ser fuertes, porque alimenta nuestro yo", sostiene.
La directora de Es Baluard defiende que la función de servicio público de un museo contemporáneo pasa por "generar conocimiento a partir de una escucha del tiempo en el que vive (...), interpelando al presente", y en ese sentido aboga por adaptar a la realidad de la crisis tanto la programación como los medios para llegar al público.
"Algo que hemos aprendido que tenemos que hacer todos los museos es fortalecer los recursos online, sin que sean exclusivos ni prioritarios, tienen que ser una pieza más del puzle", explica.
Asimismo, apuesta por fortalecer las actividades familiares, que han tenido muy buena acogida durante los últimos meses, en los que se han sustituido los talleres presenciales por el trabajo en casa de los niños para aportarlo de nuevo al museo, que los expone.
"Tenemos que pensar en que el espectador, sea presencial u online, participe de la actividad, es esencial", enfatiza Prieto, que, no obstante, considera que las exposiciones deben seguir siendo el eje de la oferta de la institución.
Por eso ha mantenido en lo posible el proyecto de 2020. "Marcamos un plan de actuación de nueve exposiciones más una y vamos a hacer seis más una, trasladando todo lo de un trimestre a 2021", asegura.
Al desafío de superar la crisis de la covid-19 se ha le sumado en un obstáculo inesperado: las críticas de algunas asociaciones por la última adquisición de obras para la colección de Es Baluard.
El museo invirtió cantidades significativas en comprar piezas en sus inicios, llegando hasta los 769.000 euros en 2009, pero la anterior crisis anuló o dejó bajó mínimos esa partida en los últimos años. En 2020 estaban consignados para ello en el presupuesto 15.000 euros.
"Una colección es patrimonio, el patrimonio es identidad y memoria. Diez años sin comprar es silenciar la historia, así de claro, porque los artistas, cuando sus proyectos son sólidos, hablan de la realidad", expone.
De acuerdo con esta convicción, cuando la crisis sanitaria empezó a tornarse en una profunda depresión económica para el sector del arte, planteó a las instituciones que una forma de ayudar a paliarla era inyectar fondos a Es Baluard para que compara obras. El Govern respondió con 140.000 euros y el Consell con 15.000, lo que sumado a la aportación propia permitió dedicar a compras casi 173.000 euros.
El comité de adquisiciones, que anualmente evalúa la incorporación de piezas donadas, cedidas en depósito y, si hay fondos, compradas, aprobó asumir 1 donación, 9 piezas en depósito y 28 compradas, creaciones de 29 artistas de las que 18 son hombres y 11 mujeres.
Ante el reproche de que la inversión no ha beneficiado suficientemente a artistas locales, Prieto pone el acento en que 19 de los 21 creadores de los que se ha comprado obras son nacidos o residentes en las islas, o trabajan para una galería local.
Replica además que no se hizo una convocatoria específica, sino que, como cada año, los artistas, galerías y coleccionistas que quisieron hicieron sus propuestas para que las considerara el comité de adquisiciones.
La directora de Es Baluard lamenta algunas críticas que considera fruto de la desinformación, confía en que la polémica no haga a las instituciones desistir de unas aportaciones para mejorar la colección que son esenciales para el museo y subraya su disposición a dialogar con los colectivos de artistas locales, quienes, por primera vez tienen un representante en el patronato, destaca.
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