Unicaja Banco, tras aprobar este martes su proyecto de fusión con Liberbank, deja de ser una entidad financiera con implantación regional para convertirse en un banco nacional, el quinto mayor de España, con posibilidad de ir a más operaciones corporativas y liderarlas con una dimensión que antes no tenía.
Así lo han asegurado a Efe fuentes financieras tras prosperar una operación que tendía a descarrilar la pasada semana por las diferencias sobre la estructura de gobernanza futura de la entidad fusionada hasta que desde el Banco Central Europeo se animó a las partes a culminar el proceso.
El banco resultante, que tendrá su sede en Málaga (como ahora Unicaja) y casi 110.000 millones de euros de activos, contará como presidente ejecutivo con el actual de Unicaja, Manuel Azuaga, y como consejero delegado con Manuel Menéndez, que ocupa ese puesto en Liberbank.
Finalmente se consensuó que, tras un periodo transitorio de un máximo de dos años, el consejo reevalúe la continuidad del consejero delegado a partir de esa fecha.
El grupo resultante tendrá una implantación territorial repartida por el país, ya que Unicaja Banco está asentada fundamentalmente en Andalucía y Castilla y León, mientras Liberbank se formó por la suma de Cajastur-Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura.
Se ha acordado solicitar al Registro Mercantil que un perito independiente valide la ecuación de canje -fijada en el 59,5 por ciento para Unicaja y en el 40,5 por ciento para Liberbank-, lo que se prevé que no sea en menos de un mes.
Tras ese trámite se convocarán las juntas generales de accionistas de ambas entidades con un mes de antelación para someter la fusión a su ratificación.
Este matrimonio se intentó en 2019, pero en mayo de ese año se rompieron las negociaciones por el desacuerdo sobre el reparto accionarial en la entidad fusionada.
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